"Elige la vida. Elige un empleo, elige una carrera, elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas...".
Mandé mi mente a blanco. Mandé al tiempo, los nombres, los recuerdos, al carajo. La vibración me inundaba como a un pez recién parido. Tomé mi piel. Tomé mi maldito cuerpo y lo lancé a la pista sin escrúpulos. Underworld se zambullía en mis oídos y me destripaba la garganta. Le gritaba a mi corazón sordo hasta paralizarlo del susto. Algo grande sucedió... de pronto no había rostros, no había ninguna voz.
Cuando se trata de posibilidades, soy igual a Dios. No importa lo que se requiera, siempre encuentro la forma de obtenerlo, en el instante, en el momento justo para acabar con las leyes naturales, con los pronósticos que dicen que si algo tiene la más remota oportunidad de salir mal, saldrá mal. Puedo ser una baraja infinita, pero una baraja sin ases. La vida te elige a ti, curva tu camino como si fuese una figura de plastilina. No importa cuan tenaz seas a la hora de contradecirla. Cuando crees ser el maestro de orquesta te das cuenta que no haz sido si no otro violinista.
Primer acto: Dos entradas a la fiesta del año. Segundo acto: Una invitación sorpresa. Tercer acto: El plan se transforma en una seguidilla de eventos inesperados, y en una fracción de segundos me encuentro reconstruyendo los desastres de mi vida.
Hace treinta y un días no escuchaba su voz. La carencia de posibilidades me empujo a llamarla, a enfrentarme de una vez por todas a mis errores más obstinados. Por primera vez no tuve miedo, algo seguiría desnivelado si la mantenía más tiempo fuera de mi vida. Alguien me dijo una vez, que a las personas importantes hay que conservarlas de distintas maneras, cuando no pueden ocupar el rol que quieres. Es la única forma de no perderlas. Y perder a gente importante, es un punto de declive. Te ves funcionando mal en serie y sin frenos al alcance. Entonces puse el pie en el freno al fin. Sentí de pronto que había perdido el aire, que había corrido mucho hasta aquí, mucho para tan cortas semanas. Huí lo más rápido que pude del huracán que logré formar con mis gritos, y sólo hasta ayer no me había percatado que aún otros escuchaban mis ecos en furia.
Un cosquilleo me zumbaba los pies justo antes que comenzara a resonar Born Slippy, y en el momento preciso en que llegó a mí la bofetada del sonido, un calidoscopio de miradas y rostros me golpearon de frente. Todas ellas tan opuestas, todas tan distantes de sí, ni un matiz entre sus voces se les asemeja, sin embargo todas tienen algo en común, algo que aún no puedo comprender, pero que me arrastra siempre hasta el mismo lugar... lugar del cual salgo a toda prisa y sin destino. Quizá el punto de encuentro entre ellas, sea ese camino por el cual me lanzo disparada, una calle de euforias y velocidad que me arroja desorientada y mareada a alguna acera conocida.
El caso es que de algo sirvieron mis semanas de meditación budista. Cuando creía que simplemente era un tornado que nunca controlaría sus pensamientos, me hallé con un Yo desconocido. Alguien más que se adueñaba de mi personalidad indómita, y ese alguien detonó un equivalente de control y equilibrio en mí. Por primera vez en mi vida, estaba presente, por una jodida y única vez mi mente no estaba en otro lugar y mi cuerpo no se alimentaba de placeres con inercia. Esta vez estaba ahí, parada en el centro del mundo, escuchándolo todo, sintiendo mis vértebras contraerse una por una hasta zamarrear mi corazón dormido. En ese minuto todo desapareció. Un trance puro me acerco a mi humanidad, a saber que estoy viva y que no hay necesidad de un plan. Todo ha sido perfectamente instalado... porque el show debe continuar.
"Drive boy dog boy, Dirty numb angel boy, In the doorway boy, She was a lipstick boy..."
3 comentarios:
me sorprendes, dejé una parca respuesta en mi blog. La poesía se entrega a mí en prosa; y ¡vaya que me llega tu escrito! Sobre todo por la amalgama de voces que se balancean en un desfiladero de emociones. Estás y no estás, cuando estás lo eres lejana, y cuando no estás te haces más próxima.
Una "personalidad indómita": simpatizo con eso. Mi yo es un "rompe-cabezas" que con mucho esfuerzo es logrado reunir en una bolsa de basura (tan oscura como un agujero en el cielo), mas nunca podré armarlo.
saludos
me gustaría saber más de ti, también estoy en Santiago, acabo de terminar la carrera de filosofía con mención en chofer de taxi.
cariños
gracias por pasar al amalia
Gracias por el comentario, buenas pelis... y buena idea la tuya de las imágenes con frases de lujo.
Saludos
Buenas
La verdad que sí, ese poema de Cortázar no tiene desperdicio.
Lindo tu blog, y muy buenas las pelis con sus frases.. Me diste muchas ganas de ver Great Expectations (una vez más)!!
Que estés bien,
saludos desde acá :)
Publicar un comentario