domingo, marzo 23, 2008

La casualidad de mi vida

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Últimamente es el sueño. No descansas y te cansas de jamás llegar a puerto. Soñar es un trabajo duro.
Sueño un automóvil con personalidad, sueño un apartamento en medio de la ciudad, un día de lluvia, la película preferida que veré por primera vez, y lo más difícil de imaginar... Ella. Estamos hechos de asociaciones. Así, lo más complicado es evitar que sea constituida de cosas que ya he logrado amar.

El sueño.
Los egipcios creían que durante el sueño, el alma se transportaba hasta los reinos espirituales fuera de su envoltura material, por ende todo lo que sucediera en ellos contenía un cifrado mensaje divino. Una voz en off que nos apuntaba nuestro devenir. Hace días he perdido ese estado altruista. Mis ojos están tan abiertos que hasta los pestañeos son acciones forzosas. Estoy esperando algo... Anna en "Los amantes del círculo polar" lo describía con fidelidad; "Estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande...". La cosa es que la vida no sólo está hecha de casualidades, si así fuese, no importaría lo que hiciese hoy o mañana, el resultado final sería el mismo. Me atreví a incidir en eso. Corrí tanto que tuve un pálpito distinto de todos. Es tan simple equivocarse con eso de las corazonadas, cuando crees que ya viene una tremenda, te das cuenta de que sólo era la arritmia, y a poco algo te paraliza… pero el efecto de muchas causas, es igual de ilusorio.

La corazonada.
A modo de que las hay tantas, es necesario catalogarlas. La primera es la más importante; Su aparición te hace percatarte de que no hay demasiado oxigeno en el mundo, que es necesario guardar un poco. De pronto cada segundo que sucede, es un respiro suspendido... ahí es cuando lo sabes, sin ella te hiperventilarías de por vida.
La ley de la atracción funciona en formas misteriosas. Tienes la certeza de que no es ella la casualidad que esperabas, ni el sueño descifrado. Posees la seguridad de que si sales por esa puerta, no llegara con la frase precisa a sellar el momento galardonado. Sabes que todo lo que necesitas es un cliché. Pero ahí estás, frente a la mujer equivocada aguardando una señal tempestiva.

Hoy me di cuenta de que sus pestañas son más largas de lo normal, que podrían sellar sus ojos tan perfectamente que ninguna onda de luz le arrancaría el sueño. Y que tiene manos suaves, por cierto... me entere cuando tomo la mía, luego no la soltó más, podría haber pasado la mitad del día colgada de la suya, sólo por si la corazonada se hacía grande, pero como dijo Penélope Cruz en Vanilla Sky; "Nos vemos en otra vida, cuando los dos seamos gatos...".


3 comentarios:

aRa dijo...

Me has enganchado..si me dejas, me quedo por aquí.
besOs.

Nayra dijo...

A mí también me persiguen las casualidades y yo voy igualmente detrás de ellas. Es un círculo, todo es cíclico. Ya veo que también tú estás en ese momento. Por cierto, tienes que ver Abre los ojos, Vanilla Sky es su remake, pero la original es la otra, dirigida por Alejandro Amenábar y mucho mejor (sin ese toque americano que huele un poco...)
Suerte!

sarot dijo...

hay casualidades que me parecen una delicia... me he decidido... desde la primera linea me he quedado prendada de tus palabras...
te leo..