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Me reclino en
decorados contenidos
en densidades sólo
mías
no atravieso
altiplanos mentales
ni bosques de lata
ni cordilleras de
cemento
para dejar de hacer
el loco
para llegar
(a)parecerme
al escritorio limpio
al mesón derecho
a la comida magullada
de la despensa
a la desesperación
de mis perros.
Porque todo lo demás
les resulta porno
porque no se puede
hablar a desgarro de lagrimas
como balas invertidas
como ecos de muerte
porque no quiero ser
el cuadro obsceno
ni los limones
destripados a mascadas
ni la noticia de
siempre.
A los de a veces, a los de nunca, a los de siempre.
